Erika Arias

 

Mi trabajo es actualmente el fruto de una extensa exploración del cuerpo como eje en la configuración y exteriorización de la identidad. La figura humana es un contenedor tangible de la memoria y las emociones que quedan grabadas a través de las experiencias físicas y emocionales vividas.  He encontrado un punto donde el movimiento, la expresión corporal y la disciplina musical, unidos a elementos de la naturaleza como el agua o el fuego, me han permitido descubrir y comprender que hay un ejercicio terapéutico implícito y vinculante en mi obra, gracias a esta combinación de acción y expresión; existe en ella una voluntad clara, pensada y pactada, de mixturar el performance con el ejercicio fotográfico, haciéndoles convivir -e intervenir entrelazados- en el mismo escenario.

Se trata de un proceso integral de fotografía experimental con una innovadora metodología de trabajo que integra lo presencial y analógico, a través de la puesta en escena y una serie de interferencias materiales que configuran narrativas y estéticas visuales cuasi oníricas:

Una especie de síntesis digital o imagen pictórica que, en realidad, es la consolidación de un proceso per formativo donde interactúan fotógrafa, retratado, espacio, cuerpo, música y objetos. Este proceso ha generado gradualmente una serie de líneas de profundización a partir los 4 elementos, subrayando el sustrato profundo, de carácter prácticamente metafísico, que subyace a las formas de habitar de manera consciente el cuerpo y, con él, el mundo.

Mi práctica plantea una oportunidad de expresar la memoria inconsciente a través de ejercicios y técnicas que retoman el juego y lo lúdico, siempre desde la posibilidad de entender y hallar respuestas a través de lo físico, en el momento en el que nos permitimos escuchar a nuestro cuerpo. Desde esta óptica, propongo brindar al otro la opción de crear juntos ese escenario, ofreciéndonos la oportunidad de crecer acompañados, generando un espacio seguro y tranquilo donde dar rienda suelta a las emociones.

 

 

LA EXPOSICIÓN

Una recopilación de varias series dedicadas a la profundización y exaltación de la frecuencia del amor... A todo aquello que nos ilumina, nos acompaña, nos mueve desde la energía lumínica que nos permitimos emitir cuando decidimos vibrar alto. Estas series nacen de la profunda conexión espiritual que existe entre esa luz magnificente llamada Universo y yo. De la relación causa efecto entre su magia, sus señales, su presencia y mi sentido de pertenencia a lo etéreo, invisible, expansivo y alta consciencia. Lo que no se puede ver pero se puede sentir, lo inmaterial que me llena de sentido vital…

Somos Cuerpo y Espíritu ...

Somos Humanos y Divinos.

Es un gran alivio para el alma recordar que somos seres divinos envueltos en una piel humana con el sagrado objetivo de convertirnos en seres humanos completamente realizados. Esa alegría y ese intenso sentido de significado sagrado se convierten en la experiencia paradójica de nuestra vida.

El espíritu es el principio animado, el aliento de vida, es la energía o la fuerza de la creación. No tiene forma, no es específico, es plenitud abstracta, es la fuerza creativa, es movimiento y es colectivo.

El cuerpo es espíritu concretizado, es agua, vida, creación y manifestación material de la luz. Los físicos subatómicos sostienen que el centro de todo átomo humano es la luz. Y eso es lo que yo entiendo como nuestra naturaleza divina: “Somos luz”, porque venimos de la luz y la contenemos en nuestras células.

 

Nacemos de una chispa energética lumínica y como tal nos expandemos. Y la luz es lo que define al amor y le da sentido a la existencia del ángel. Y un ángel no es una especie concreta de ser. Un ángel lo es, por su decisión de serlo.

El amor es lo que mantiene y da sentido al universo, a todo. Sin embargo, el amor no se manifiesta por igual, a veces es más abundante y en otras casi no se manifiesta. Su presencia o ausencia define una situación positiva o negativa, y marca la historia de una persona. Todos los seres humanos viven alternando estas dos energías, eligiendo con sus acciones, palabras y pensamientos, vibrar en una u otra polaridad. Cuanta más consciencia se desarrolla, más atento se puede estar para corregir la frecuencia y la energía en las que te mueves.

La cuestión esencial es aprender a permanecer firmes en nuestra naturaleza terrenal - celestial para estar centrados y vivir en este mundo tan complejo.

ERIKA ARIAS